Podría decirte todas las veces
que me apuntaran en la frente con un fusil de caprichos, todo lo que habré
callado el día que no exclamaste mi nombre. No saber qué decir de vos en
momentos de desamparo, no dejarían dormir ni al más cansado trovador. Que será
de vos sin mi halago matutino, mi abrazo de noches celosas, mi beso, en tu
boca.
No, soy mucho de negar. Seré quién
va a callar de tu grandeza. Verás, si hago eco de tu voz, capaz vea algún despabilado enamorándose por mi culpa. Sería una locura, y Dios me perdone, me quedaré con tu amor para mí y que el siguiente loco se arme no solo de valor, si no de amor propio.
Porque, ¿no
es vida sin tus ojos? Es el maldito cielo. Uno en donde el pudor ya ni se
molesta en aparecer y, el corazón, no
manda. va a callar de tu grandeza. Verás, si hago eco de tu voz, capaz vea algún despabilado enamorándose por mi culpa. Sería una locura, y Dios me perdone, me quedaré con tu amor para mí y que el siguiente loco se arme no solo de valor, si no de amor propio.
Autor: Lucas G. Suarez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario