Aquella tarde jugabas
a cuánto podías estar
sin respirar.
"Tomame el tiempo"
me dijiste.
Un minuto con catorce segundos
es lo que tardas
en volver a respirar.
Más o menos lo que yo tardo
en volver a vos.
En realidad siendo quiquillosos
demoraste un minuto
con trece segundos y
noventa milésimas en volver
a respirar.
Y en realidad
yo demoré un minuto
con trece segundos
y ochenta y cinco milésimas
en volver a vos.
Matemáticamente te necesito más
de lo que precisas tu aire.
"Es buen tiempo" te dije,
aunque retrucas hoy
que el mío siempre
fue un mal tiempo.
a cuánto podías estar
sin respirar.
"Tomame el tiempo"
me dijiste.
Un minuto con catorce segundos
es lo que tardas
en volver a respirar.
Más o menos lo que yo tardo
en volver a vos.
En realidad siendo quiquillosos
demoraste un minuto
con trece segundos y
noventa milésimas en volver
a respirar.
Y en realidad
yo demoré un minuto
con trece segundos
y ochenta y cinco milésimas
en volver a vos.
Matemáticamente te necesito más
de lo que precisas tu aire.
"Es buen tiempo" te dije,
aunque retrucas hoy
que el mío siempre
fue un mal tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario