Ella lo amaba locamente, pero de un modo delirante: no había muestras externas de cariño ni remilgos, sólo conversación y una profundisima camaradería que ninguno de nosotros conseguía penetrar. Algo curiosamente
frío y antipático que entre ellos era de hecho una forma de humor a través de las cuales se comunicaban mutuamente sutiles vibraciones. El amor lo es todo: Jane jamás estaba a más de 3 metros de Bull y nunca perdía palabra de lo que decía, y eso que él hablaba en voz muy baja.
Fragmento del libro "On the road". Escrito por Jack Kerouac. (1957)
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