viernes, 16 de junio de 2017

Luces de ciudad

Noche cansada,
fría, oscura de julio.
Me encuentro caminando
por la ciudad,
tantos carteles,
luces de neón que vienen y van.
Veo los negocios,
algunos abiertos (pocos),
más que nada los que visitaría un hombre solitario o muy bien acompañado...

Hoy me temo
que soy del primer tipo.
Levanto el cuello de mi campera,
el frío se siente en los huesos,
veo un vagabundo,
"quien sabe lo que le pasó,
probablemente un buen hombre,
y la vida,
tan cruel a veces,
lo puso ahí." Pienso.

Cierro mi campera y acelero el paso;
Con la lluvia caminaría despacio,
me gusta la sensación
de libertad que me genera.
Si estuviera caluroso,
también caminaría lento,
para no sufrir al maldito sol desalmado.
Pero hoy hace frio, acelero el paso para entrar en calor y llegar más rápido.

Sigo en el centro, veo las alturas de los edificios, la gente me mira raro,
es que están acostumbrados a mirar hacia abajo.
El viento me habla al oido,
como diciendome que me apure,
el tiempo está por empeorar.

Siempre sentí cierta atracción
por las luces
de las grandes ciudades,
viví maravillado con las luces del Times Square,
deseando verlo en persona.
Se que las luces
de las grandes ciudades
no son del todo buenas...
Pero hay que reconocerlo,
lo mejor de la vida, nunca es del todo bueno para nosotros.

Por ahora me conformo
con las bellas luces de esta pequeña ciudad...
Carteles incompletos
por las luces apagadas, golpeadas
o que simplemente no funcionan.
Quizás no son perfectas,
pero me gusta apreciar
lo sencillas, aunque
especiales y brillantes que son.

Y, aunque no lo creas
de las luces más bellas
que he visto en esta ciudad,
una me cegó
y eras vos.


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