sábado, 4 de agosto de 2018

Comentarte

Quisiera comentarte algunas cosas sobre mí, quizá te interesen. Porque eso se hace ¿Sabés? Eso hacen todos
los enamorados, se cuentan anécdotas y costumbres idiotas como si fueran importantes y el otro escucha como si le interesaran. A vos te interesaba pero porque así sos, sos una esponja y te interesa absolutamente todo, inclusive mi triste vida que ni yo tengo muchas ganas de escuchar, ni de vivir. Quizá después yo pueda escucharte un rato y pueda leerte algún poema. Vos siempre escuchas mis poemas de métrica horrenda porque de eso se trata. Sí, sólo de eso se trata. Y quizá yo te vea ahí en el cuarto que compartimos de vez en cuando, con tu ropa de entrecasa practicando tu arte, exponiendo frente a mí mientras yo te miro pero sin observar y pienso qué efecto mariposa nos habrá puesto en esa habitación. Porque vos sabés, querida, que yo no debería estar ahí porque no huí con ese objetivo, pero sin embargo algunas casualidades y causalidades nos pusieron allí, te miro, me miras, y qué estúpidos somos pretendiendo algo más de lo que hay. Porque sé que no me querés realmente y vos sabés muy bien, querida, que no te quiero en sentido estricto. Soy lo que soy y sos lo que sos y somos lo que somos y te comento mis desgracias, porque te divierten, y te divierten nuestras desgracias. Porque no te causan ninguna preocupación, porque vos estás por fuera de todo eso, vos siempre sobreviviste a las crisis mejor que yo. Y tu risa histérica me confunde porque no comprendo qué ves para reirte de nuestras desgracias. Yo las sufro, querida. Pero yo nunca comprendí muy bien esas nubes en las que vivís, siempre tan realista yo, que inservible ser realista. Me siento un adulto aguafiestas y vos una niña soñadora, no he entendido nada pero igual te comento, y vos entendes. Porque siempre entendiste todo.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario